Las aves también pierden sus alas
Esas maravillosas herramientas aerodinámicas
Sus medios de movilidad y reinado de los cielos.
En mucha ocasiones se da que el hombre perverso logra apresar sus cuerpos
Propiciándoles tantos días en prisión, entre esos barrotes tan agraciados en forma, figura pero no sustancia.
El espíritu de estás aves de cautiverio de desmorona bajo la presión de la ansia fe libertad que a tornarse aprisionado.
Entonces el ave ya no quiere cantar.
¿De que le sirve a un hombre una ave que ya no canta, ni produce huevos comestibles? Es un decorado más.
Miles y Miles de veces logran burlar al captor y cautivantes rondan los cielos, se posan en las ramas de los árboles
Y a veces por un descuido posicional un gato se las zampa.
Comentários